LA PUNTUACIÓN
La "puntuación" se refiere a un conjunto de signos. Hay que recordar que un signo es una grafía (significante) que quiere decir algo (significado). Así, cada signo refleja una "señal de puntuación", revela al lector lo que sucede y lo que habrá de suceder dentro del resto de la oración.
La puntuación también ayuda al escritor a organizar sus pensamientos, a plantear conceptualmente sus ideas antes de adentrarse en la escritura, pues lo obliga a pensar de manera estructurada.
La puntuación constituye una sección importante dentro de la ortografía de cualquier idioma. De ella depende en gran parte la correcta expresión y comprensión de los mensajes escritos. La puntuación organiza el discurso y sus diferentes elementos, y permite evitar la ambigüedad en textos que sin su empleo podrían tener interpretaciones diferentes.
El español cuenta con los siguientes signos de puntuación:
punto .
coma ,
punto y coma ;
dos puntos :
puntos suspensivos ...
signos de interrogación ¿ ?
signos de exclamación ¡ !
paréntesis ( )
corchetes [ ]
raya -
comillas " "
Uso del punto
El punto señala la pausa lógica que se da al final de un enunciado. Después del punto siempre se escribe con mayúscula.
Hay tres clases de puntos:el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
El punto y seguido evita el apelotonamiento, y se usa al final de una oración para indicar que lo que precede forma un sentido completo; señala una pausa y una entonación descendente en la última palabra pronunciada.
El punto y seguido separa enunciados que integran un párrafo. Después de un punto y seguido se continúa escribiendo en la misma línea. Si el punto está al final del renglón, se empieza el siguiente sin dejar margen. Por ejemplo:
Salieron a dar una breve caminata. La mañana era preciosa.
El punto y aparte separa un texto en párrafos. Separa dos párrafos distintos, que suelen desarrollar, dentro de la unidad del texto, contenidos diferentes. Después de punto y aparte se escribe en una línea distinta. La primera línea del nuevo párrafo debe tener un margen mayor que el resto de las líneas que lo componen; es decir, tiene que quedar con sangría. Por ejemplo:
El mar estaba embravecido aquel día. Los barcos bailaban sobre el agua sorteando las olas con dificultad.
Miguel, sentado en el muelle, esperaba el regreso de su padre. Atisbaba el horizonte buscando ansioso su barco con la mirada.
El punto final da por terminado el texto.
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