Frente a cada acto de enunciación, el lenguaje seleccionado por quien emite los enunciados puede estar al servicio de determinadas funciones - las funciones del lenguaje- que a veces se superponen, predominando una sobre otra. Cuando se dice que el lenguaje cumple una función, no se está mirando el acto de comunicación desde el punto de vista del enunciador y lo que él pretende con esta enunciación, sino que se observa el producto mismo obtenido en cada caso en particular: cada mensaje.
En todo acto de comunicación intervienen estos
cinco factores: emisor, destinatario, mensaje canal y código. Sin un mensaje
emitido desde un emisor o enunciador hacia un destinatario, ningún acto de
comunicación tendría razón de existir.
El emisor envía un mensaje al destinatario, por
medio de un canal, que puede ser escrito y oral. Si este canal se obstruye por
algún motivo (ruidos, mala dicción, errores ortográficos, letra ilegible), deja
de existir la comunicación.
El mensaje debe además estar organizado según las
estructuras de una lengua en particular, en nuestro caso, el español. Esa lengua
constituye en sí mismo un código. Es indispensable que ambos interlocutores
conozcan el código para que pueda existir comunicación. La gramática de la
lengua juega en ese nivel un rol fundamental. Es la que explica el código que
se está utilizando y, a la vez, la que le sirve de sustento a ese código.
También es necesario que exista una realidad,
fuera de los interlocutores. El enunciador habla de ella, o hace mención
indirecta a ella en cada enunciado. A su vez el destinatario, para comprender
cada enunciado, debe tenerla internalizada, entenderla y vivirla.
Ahora bien, si se cumplen cada uno de estos
requisitos, se dice que el lenguaje habrá cumplido con funciones que son
propias:
- · La función referencial refiere a la realidad aludida por los interlocutores.
- · La función expresiva se pone de manifiesto cuando el emisor apunta a sus propios sentimientos en el acto de la enunciación (¡Qué frío hace!).
- · La función apelativa se pone de manifiesto cuando quien enuncia requiere una respuesta del destinatario, tanto sea una pregunta como una orden.
- · La función poética surge cuando se expresan figuradamente informaciones en las que es necesario detenerse para poder interpretar (soporte connotativo); tal es el caso del enunciado “Los libros cambian el destino de las personas” del texto de Carlos María Domínguez. En el contexto en que aparece significa más de lo que en su superficie se manifiesta. No se refiere a que la lectura enriquece, sino que hace referencia a los libros como objetos. Este enunciado en este contexto es mucho más connotativo que en otros.
- · La función fática es la que aplica cuando se pretende mantener el canal de contacto abierto. Es común en las comunicaciones telefónicas, cuando se pregunta al que está del otro lado de la línea ¿Me oís?, o en los recitales, cuando se quiere comprobar la buena función del equipo amplificador, se acerca alguien al micrófono y dice Hola, hola, uno, dos, tres, probando.
- · La función metalingüística es la que se está realizando en este libro en particular, en una clase de Lengua, o cuando alguien explica cómo funciona la lengua o cuál es la forma correcta de un enunciado, o el significado de una palabra. En todos estos casos, se está explicando algo acerca de la lengua y se utiliza la lengua para explicarlo. Por lo tanto, la lengua sirve para explicarse a sí misma.
Lepre, C. (2006),
Gramática y ortografía básicas del Español, Montevideo, Uruguay. Ed. Santillana
S.A.
LA
COMUNICACIÓN
Se da en una situación
comunicativa
que tiene estos elementos:
· Emisor
· Receptor
· Código
· Canal
· Contexto
Y en cada situación
comunicativa el lenguaje es utilizado con distintas funciones:
· Expresiva
· Apelativa
· Metalingüística
· Fática
· Referencial
Poética